El imperio romano de Oriente, tras la división de Roma en el 395 d. C., fue heredero de la cultura romana. Oficialmente declarado estado cristiano sobrevivió al imperio romano de occidente durante 1000 años.
El Imperio Bizantino, clave para la difusión del cristianismo, fue la gran potencia de aquel periodo histórico. Desde su capital, Constantinopla, partió la Ruta de la Seda.
Su lengua oficial fue el griego y más tarde se creó el alfabeto cirílico, que se sigue usando en numerosos países del este de Europa.
Constantinopla cayó bajo el poder musulmán del Imperio Turco Otomano en 1453, fecha que pone fin a la Edad Media.